jueves, 8 de agosto de 2013

 Casos clínicos

Primer caso

El caso del inglés Graham, quien dejó de hablar, de fumar y de comer porque “no tenía sentido, ya que estaba muerto”, no es el único. Te dejamos otros cinco ejemplos de este inusual desorden.
Esto no sería más que una rareza para las publicaciones médicas si no fuera porque cada cierto tiempo aparecen casos en la prensa, como el del británico identificado como Graham, quien de acuerdo a lo publicado esta semana por el periódico The Telegraph, despertó hace nueve años totalmente convencido de que ya no estaba vivo a pesar de que aún respiraba. Su condición surgió después de que el hombre, que sufría de depresión severa, intentar suicidarse. Ocho meses más tarde, le dijo a los médicos que su cerebro había muerto o por lo menos, que le faltaba. Perdió el interés en fumar, dejó de hablar y se negó a comer ya que no tenía sentido “porque ya estaba muerto”. “No sentía placer por nada. (…) Perdí mi sentido del olfato y del gusto. No tenía sentido comer porque estaba muerto. Era una pérdida de tiempo hablar porque nunca tenía nada que decir”, afirmó Graham.
Su caso fue estudiado por los neurólogos Adam Zeman en la Universidad de Exeter y Steven Laureys de la Universidad de Lieja en Bélgica. Éste último señaló al respecto: “He estado analizando escáners de cerebro durante 15 años y nunca he visto a nadie que estuviera de pie, que estuviera interactuando con la gente,con un resultado tan anormal del escáner. (…) La función del cerebro de Graham se asemeja a la de una persona durante la anestesia o el sueño. Aunque en esta ocasión, gracias a un régimen de terapia y drogas, el afectado pudo recuperarse, en los últimos 10 años se han registrado diversas situaciones de Síndrome de Cotard



Segundo caso  

Un hombre británico llamado Graham, despertó un día sintiendo que ya no estaba vivo, sino que era un zombi, a pesar de estar consciente de su respiración. 

El caso de Graham llamó la atención de un equipo de neurólogos, quienes finalmente lo diagnosticaron con un raro padecimiento llamado "Síndrome de Cotard", también conocido como "síndrome del muerto viviente", dicho condición mental hace pensar a la gente que está muerta o es un zombi. 
Dicho síndrome fue descubierto en 1880 por el neurólogo francés Jules Cotard y se cuenta con pocos antecedentes registrados. 
Luego de 3 años de profunda depresión, Graham intentó suicidarse al introducir un aparato electrónico encendido dentro de la bañera. No murió, pero desde ese día, Graham insiste en que su cerebro está muerto. 
"Perdí el sentido del olfato y del gusto. No tenía sentido comer porque estaba muerto. Era una pérdida de tiempo hablar, ya que nunca tenía nada que decir", confiesa Graham, quien incluso dice que sentía la necesidad de "instalarse" en el cementerio para estar lo más cerca posible a la "muerte". 
Las declaraciones científicas al respecto resultan sorprendentes, por ejemplo para Steve Laureys, de la Universidad de Lieja en Bélgica, que ha investigado durante 15 años este padecimiento, dice al respecto del caso específico de Graham: "Nunca he visto a nadie que estuviera de pie, que estuviera interactuando con la gente, con un resultado tan anormal en la exploración.

La función del cerebro de Graham se asemeja a la de una persona durante el sueño.



Tercer caso  

La primera paciente que presentó este síndrome fue una mujer de 43 años, aseguraba no tener “ni cerebro, ni nervios, ni pecho, ni entrañas, tan solo piel y huesos”. La paciente, presentada en una conferencia en París en 1880  y esta negaba la existencia de Dios y el diablo, así como la necesidad de nutrirse. También creía que estaba eternamente condenada y que ya no podría morir de una muerte natural.


                                                                 
Desde entonces, aún no hemos descubierto cómo se desencadena el síndrome de Cotard, aunque parece tener dos niveles diferentes: uno afecta más a la imagen corporal (el cuerpo está muerto) y el otro, a la imagen espiritual (se ha perdido el alma). 






TE DEJAMOS CON OTROS 5 CASOS RECOPILADOS POR LA REVISTA MENTAL FLOSS


1.- El trastorno debe su nombre al neurólogo francés Jules Cotard. En 1980, una de sus pacientes, identificada como Mademoiselle X, afirmó no tener “cerebro, ni nervios, ni pecho, ni estómago, ni intestinos“. Pese a ello, la mujer también creía que “era eterna y viviría para siempre.” Ya que era inmortal -y según ella tampoco tenía entrañas- no vio la necesidad de comer, y murió de inanición.
2.- En 1996, un escocés que sufrió lesiones en la cabeza en un accidente de motociclismo, empezó a creer que había muerto a causa de complicaciones durante su recuperación. No mucho tiempo después de haber completado su recuperación, él y su madre se trasladaron desde Edimburgo a Sudáfrica. El calor, explicó a sus médicos, confirmó su creencia, porque sólo el infierno podría ser tan caliente. El caso aparece reseñado en el libro “Method in Madness“.
3.- El año pasado, médicos japoneses reportaron sobre un paciente de 69 años de edad, quien le dijo a uno de los facultativos: “Creo que estoy muerto. Me gustaría preguntarle su opinión“. Cuando el médico le preguntó si un muerto podía hablar, el paciente reconoció que su condición desafiaba la lógica, pero no podía quitarse la convicción de que había fallecido. Después de un año, su delirio pasó, aunque insistió en la realidad de lo que le había sucedido. “Ahora estoy vivo. Pero estuve muerto una vez en ese período”, dijo. También creía que Kim Jong-il era paciente del mismo hospital.
4.- Psiquiatras griegos recibieron en 2003 a un paciente que creía tener, literalmente, la cabeza vacía. Años antes había tratado de suicidarse porque pensó que no valía la pena vivir, ya que no tenía cerebro. No fue tratado después del incidente y simplemente volvió a trabajar. Cuando fue hospitalizado, “afirmó que había nacido “sin mente“, queriendo decir que su cabeza estaba vacía, sin cerebro, y por esa razón era retrasado“. En contra del consejo médico, se retiró después de varios días, y fue readmitido al año siguiente. Esta vez completó el tratamiento, mostrando una mejora sostenida en una entrevista de seguimiento.
5.- El caso más raro lo dejamos para el final: el año 2005, médicos iraníes recibieron a un hombre de 32 años de edad, quien llegó a un hospital, diciendo no sólo que estaba muerto, sino que además se había convertido en un perro. Agregó que su esposa había sufrido la misma suerte. Sus tres hijas, en su opinión, también habían muerto y se habían convertido en ovejas. Sostuvo que sus familiares habían tratado de envenenarlo, pero que nada podía hacerle daño, porque Dios lo protegía incluso en la muerte. Fue diagnosticado con Síndrome de cotar y Licantropía Clínica. Fue tratado con terapia electro-convulsiva y aliviado de sus principales síntomas.





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